Carta de Despedida

Desde hace unas semanas llevo guardada esta carta de despedida…

Mami:

Quiero que sepas que me ha ido muy bien sin ti. Que te extraño. Que he sobrevivido a la pubertad, a la adolescencia, a la escuela superior, pero sobre todo a papi. Tú sabes que a pesar de todo, soy la luz de sus ojos, y que las cosas las hace, porque a lo único que no sabe como manejar bien, es a mí. Que en los momentos de necesidad, prefirió quedarse sin comer, por tal de tener un plato para mi en la mesa. Y que a pesar de la promesa que te hicieron, no dejo que nadie me apartara de su lado. Que me he independizado, ¡pero tranquila! No ha sido por problemas con el. Es que me ha hecho pasar trabajo para conseguir lo que quiero, y bueno, eso me hiso muy independiente.

Quiero que sepas que efectivamente, tal y como tu imaginabas, salí coqueta, pero de una forma muy extraña, aunque no perjudicial. Que tengo tu estatura, tus muslos y tu sonrisa. Que no salí de la escuela con honores, pero si termine, y con buenas notas. Que a pesar de que llevo varios años haciendo un bachillerato, no me quito y por ahí voy. Que de vez en cuando se me escapa tu humor, aunque un poco negro como el de papi. Que soy emocional y sentimental al igual que tu, pero la vida me obligo a reprimirlo. Ya se que no funciona, y encontré otras formas de expresarme como la fotografía y la escritura. Sigo siendo receptiva y con voz baja, sarcástica como tu, y aun me preocupo por el mundo. Y que si, aun tengo mis ideas espirituales de que soy parte de algo mas grande que yo.

Mami, tienes que saber que a mi vida han llegado personas que si me quieren, me quieren tal y como soy. Que si existen hombres capaces de ver cosas especiales y únicas en mí, y que sobre todo, no me maltratan. Que así como hay gente mala en el mundo, hay muchas más que son buenas y extraordinarias. Que he desarrollado un amor grande por mi patria. Quiero que sepas que soy un buen ser humano. Que para nada soy santa y que he hecho cosas de las que no me siento orgullosa. Que no tengo la imaginación para hacerle daño a otra persona e intento ser una ciudadana responsable.

Debiste quedarte, para ver mis logros, mis alegrías. Para que me consolaras en mis tristezas. Para hacerte preguntas de mujeres. Para decirme que el mundo es un lugar salvaje. Para decirme que en la vida hay que sacrificarse. Que hay personas que te hacen sufrir sin razón alguna, y que no siempre te puedes desquitar. Nunca me dijiste que no todos me aceptarían y que algunos se alejarían.  Debiste estar ahí en mis graduaciones, en mis cumpleaños, cuando me enfermaba. Debiste estar ahí para presentarte a mis novios y para que me aconsejaras sobre el amor. Debes saber que sufrí, así como temías. Sufrí mucho…

Necesito decirte que nada de esto es tu culpa, y que la vida ha sido muy aleatoria conmigo. Que en la vida se sufre, y eso es algo que no hay forma de evitar, porque es parte de vivir. Nosotros, quienes mas sufrimos, somos quienes podemos reconocer la verdadera felicidad. Quiero que sepas que encontré el lado realmente positivo, y que posiblemente yo fuera muy diferente si no te hubieras ido. Pero quien hoy soy, me gusta. Escogiste a un buen hombre para tenerme y muy valiente para enfrentar lo que le toco, gracias.

Mami, se que la culpa te consumió. Se que te rendiste, que tiraste los guantes. Debías estar muy cansada como para no seguir luchando por mí. No se si fue tu decisión o la de Dios, pero no me correspondía a mi decidir por ti. Quiero que sepas que me he convertido en una guerrera, y que las cosas a las cuales les tenías miedo, ocurrieron, pero aun contigo aquí, hubieran ocurrido de todas maneras.

Me despido con un beso al viento y donde quiera que estés, se que estas orgullosa de mi…

La carta en esta imagen fue una recuperada hace poco de la psicóloga que me atendió a los 10 años, escrita en marzo 1 de 99′, 10 meses antes de que mi madre muriera…